22/7/16

A pena das eguas




La toponimia es parte fundamental de la cultura de Galiza y en muchos casos nos transmite información relevante sobre la vida, las costumbres, las creencias etc. de épocas pasadas, contribuyendo a la explicación de nuestra historia y de nuestras raíces.
La vinculación afectiva de las personas gallegas con el medio natural queda patente en el poema de Rosalía Castro que comienza con el verso «Adeus ríos, adeus fontes» y que contiene otros cómo:
Miña terra, miña terra,
Terra onde m’eu criei,
Ortiña que quero tanto,
Figueiriñas que prantei.
Prados, ríos, arboredas,
....
Así pues, si dejásemos perder los nombres tradicionales de nuestras aldeas, villas y ciudades estaremos destruyendo nuestra propia historia y los referentes culturales de la juventud.


A pena das eguas


 Esos ríos, riachuelos, prados o fuentes tienen todos un nombre concreto y con él van a ser recordados también por los emigrantes, como en el caso del poema rosaliano. Los topónimos señalan el territorio, marcan límites y nos dan la posesión de la tierra, mostrando la armonía entre el paisaje y el paisanaje, entre el elemento físico y el elemento humano. Forman parte, pues, del ecosistema. Alterar nuestra toponimia es una forma de romper el equilibrio medioambiental.



Su preservación, uso y estudio resultan, por tanto, importantes para comprender y poder explicarnos quién somos y de donde venimos. Nuestros topónimos tradicionales, no los alterados ni los introducidos por el franquismo (por ejemplo en la parroquia vecina de Montecubeiro, el nombre auténtico es Vilarín y no Villarín como escriben o dicen algunos), preservan nuestra identidad y al mismo tiempo actúan como referentes de un pasado y de un presente que nos permite vivir en armonía con la naturaleza.


A pena das eguas

Los documentos de reparto de las herencias (las partijas), a pesar de estar en castellano, aun conservan mayoritariamente los nombres auténticos, pues de otra forma no serían fácilmente reconocibles (O Searín, A Chousa do Barreiro, A Zarra, etc.). Parece que sólo se preserva el gallego en caso de extrema necesidad. 


A pena das eguas

Si perdiéamos la toponimia tradicional sería cómo perder nuestra memoria histórica o como borrar los datos (nombre del padre y de la madre, lugar de nacimiento etc.) de nuestro documento de identidad colectivo.
Así, un topónimo de nuestra parroquia como A Pena das Eguas localizado en la Serra de Montouto, indica un sitio relacionado con yeguas. La gente mayor nos dice que debido a la forma de esta roca, cuando hacía mal tiempo, las yeguas que pastaban en el monte se protegían en ella.



Hasta el siglo pasado en Millares todas las casas tenían yeguas o caballos, destinados a medio de transporte y a las labores rurales. Hoy en día no hay ninguno. La cría en el monte ofrecía una ventaja secundaria: al comer matorral estos actuaban a modo de desbrozadores naturales.


A pena das eguas

El origen del caballo de Pura Raza Galega está en la herencia que dejaron en Galiza los celtas.
El Cabalo de Pura Raza Galega (PRG) es la denominación que recibe oficialmente una raza de caballos, reconocida como raza equina autóctona de Galiza. El color de la capa es negra o castaña, con los extremos oscuros.



En el año 1999 nuestra raza estaba en peligro de extinción, sólo quedaban en el país unos 190 ejemplares. Para combatir la desaparición genética más primaria de esta raza de caballos se constituyó en 1997 la asociación de propietarios y criadores de caballo gallego. Poco más tarde, se elaboró desde el gobierno gallego un primer plan de fomento, mejora y conservación del caballo gallego. La población en el año 2014 es de 1706 ejemplares. Unos aprovechamientos recientes de nuestra raza son: actividades deportivas y de ocio,
turismo ecuestre etc.


A pena das eguas

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