Hierba seca

Herba seca (ler en Galego)

Estos días andan los vecinos de Millares recogiendo la hierba seca. Aunque hoy la maquinaria alivió mucho la dureza de este trabajo, no es fácil estar trabajando los días en los que el calor abrasa.

Antiguamente la hierba se segaba con la guadaña, empezaban temprano, cuando no apretaba el calor. Guadañaban unos tras de otros, y había que estar afilando cada poco. A los segadores les llevaban de la casa al prado, comida y bebida para recargar energía. Después había que extender la hierba que quedaba en filas. 

Se dejaba tendida al sol e iba volviéndose manualmente con horquillas para que fuera secando. Cuando amenazaba lluvia se apilaba para tratar de que el agua no la estropeara, después de estabilizarse el tiempo y secarse el suelo se abrían las pilas. Generalmente le llevaba secar dos o tres días. Posteriormente se llevaban los carros con hierba desde el prado hasta el pajar de la era, donde se echaba en una pila que se iba calcando con los pies, para que cogiera más hierba. Cuando se iba llegando al techo del pajar era raro no dar con la cabeza en él. Era una actividad dura pues la hierba suelta mucho polvo.

Hoy se hace todo con máquinas y fue evolucionándose en la tarea. De las guadañas se pasó a las segadoras y luego a las rotativas. La hierba se vuelve con el volvedor, apero utilizado también para juntar la hierba en filas y dejarla lista para que la coja el enrollador o la empacadora. El producto final primero era hierba suelta en el carro, luego se empacaba en pacas manejables manualmente, posteriormente vino la moda de los rulos y hace pocos años empezó a hacerse grandes pacas rectangulares.