11/11/16

La sal



En el siglo XIX a un vecino de nuestra aldea le dan el encabezamiento de la sal. En un documento los vecinos de la jurisdicción de A Baleira, le dan poder a nuestro vecino para que reclame ante la monarquía por los precios excesivos, por los elevados encabezamientos que tenían que soportar las aldeas y por impedir la importación de sal más barata de otros sitios. La monarquía tenía el monopolio y abusaba.




"En la jurisdicción de Baleira, y lugar de Barcia... delante de mí y de los testigos constituidos personalmente y en Junta plena...vecinos de la parroquia de santa Mariña de Librán ... vecinos del couto de Vilaselle...vecinos de la parroquia de A Fontaneira...vecinos de la feligresía de A Lastra...vecinos de la parroquia de Cubilledo...vecinos de A Degolada...feligreses de Retizós...el cura de la parroquia de san Miguel da Braña, con sus vecinos Pedro Gómez, Xosé Rico...todos vecinos de esta mencionada jurisdicción de A Baleira por sí y en nombre de los más ausentes, enfermos, impedidos por sus indisposiciones físicas no pudieron concurrir a la solemnidad y esta sesión pública del otorgamiento de esta operación...se obligan, y prestan la suficiente caución...unánimemente dijeron...de salinas en el Reino y esta Provincia..otorgan todo el suyo poder cumplido, cuanto tienen y en derecho se requiera, pueda más y deba valer la...vecino del lugar de Millares..."




La importancia de la sal en la historia de Galiza fue muy importante debido a la producción pesquera en la costa y cárnica en el interior.
La posesión de la sal fue disputada por los más poderosos: primero los monasterios luego la monarquía. 

Antiguamente hubo varias salinas en Galiza. El nombre de la comarca de O Salnés hace referencia a las salinas que hubo en la costa de la comarca. Hay varios restos en las costas gallegas y también documentos medievales que hacen referencia a salinas en la costa lucense.

En el año 1745, Sarmiento al relatar su famoso viaje a Galicia, hace alusión a las salinas de A Lanzada y Noalla, y tres años más tarde, en carta a su hermano le comunica que Galiza "teniendo más de ciento cincuenta leguas de costas de océano y con mil sitios para salinas, le venga y necesite la sal de países extraños".



Esta extrañeza de Sarmiento por las pocas salinas de Galiza en general, procedía del año 1338 cuando el rey de Castilla Afonso XI había decidido por Real Orden la propiedad real sobre las salinas, organizando el impuesto correspondiente para su extracción y envío a diversos lugares, iniciándose a la vez lo que daría en el futuro la lenta desaparición de las salinas de Galiza.



La actuación real fue contraria al desarrollo de las pesquerías gallegas que entrarán en una fase de decadencia desde el siglo XVI.



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