Lavaderos

Lavadoiros (ler en Galego)

Resulta difícil imaginar la vida de nuestras abuelas, de aquellas mujeres que cada cierto tiempo, ya fuese verano o invierno debían cumplir la ingrata tarea de ir a lavar la ropa de toda la familia al rio, verlas pasar por el camino con sus cestos de ropa sucia y el jabón casero hecho por ellas mismas y regresar después cansadas y muertas de frio o de calor dependiendo de la época del año.

Hoy gracias a la lavadora no podemos ni imaginar lo que debían de padecer agachadas en el lavadero durante horas y con las manos metidas en el agua helada del Candal.

Arrodilladas sobre una piedra o madera, primero enjabonaban las prendas restregándolas con ceniza para quitarles la mayor parte de la suciedad, después la tendían sobre la hierba para que el sol fuera quitando las manchas y el color amarillento, después de varios enjuagados se volvían a extender las prendas sobre la hierba para su secado, esta dura labor solía durar casi todo el día y al caer la tarde se recogía y doblaba la ropa para emprender el regreso a casa, si tenían la mala suerte de que lloviese y la ropa no se hubiera secado, la vuelta a casa se hacia con la ropa mojada, lo que multiplicaba su peso.                                            

Lugo, lavanderas (principios del siglo XX)

Hoy, esos lavaderos, los que se conservan, han quedado como algo testimonial, y pocas veces al pasar junto a ellos pensamos en lo que representaron para nuestras antecesoras, por lo general cada casa tenía su lavadero, aunque también solian compartirse.

Por desgracia en Millares desaparecieron los lavaderos que había en el Candal, pero si quedan lavaderos similares en otras aldeas de la zona:

Rego de los lavaderos del Candal, hoy dia

Lavadero similar a los que había en Millares

Lavadero en Abrairas

Lavadero en Verducedo

RECETA DE JABÓN CASERO HECHO CON GRASA ANIMAL

Los ingredientes usados para hacer el jabón casero son:

• Restos de grasa animal (tocino, unto, etc...)
• 1 kilo de sosa caustica (por cada 6 kilos de grasa)
• 1/2 kilo de jabon o detergente
• 6 litros de agua

Se trocea la grasa, quitando todas las hebras ya que estas no se disuelven con la sosa y se pone a cocer con el agua hasta el punto de ebullición, después se vierte en un recipiente y se va añadiendo la sosa y el jabón o detergente, removiendo hasta conseguir una mezcla homogénea, hay que sacar todas las impurezas que haya.

Las corrientes y los cambios bruscos de temperatura pueden hacer que la mezcla se corte, si eso sucede hay que volver a cocer la mezcla sin dejar de remover, hasta que vuelva a hervir.

Cuanto más se remueve la mezcla más fina queda, según se va enfriando espesa, entonces se mete en un molde, por lo general suelen ser de madera o de metal y se deja en el hasta que se solidifica.

Se corta en pastillas según el tamaño deseado.

En la actualidad este jabón no tiene demasiada aceptación, ya que al estar fabricado con grasas animales y no llevar ningún aditivo que le dé perfume, no tiene buen aroma, su olor es el de la sosa.